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Saludo,
No con gritos, no por afán, al ermitaño viejo que en la soledad se encontró |
Saludo
al poeta que, con sus rimas, mi Alma y sentimientos alimentó |
Saludo al universo imaginado, sin barreras ni fronteras, de algún cuento, ay, de ficción |
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Al amanecer que nunca acaba, saludo a mi canción. Y a tí, mujer hermosa que en rosa transmutó mi duro corazón |
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©
Los textos, canciones y midis de estas páginas son composiciones
originales de Rodrigo Caycedo
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